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Fututo y retos de la inclusión digital fueron abordados en las Jornadas XX del PROSIC

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Fututo y retos de la inclusión digital fueron abordados en las Jornadas XX del PROSIC

Participantes de las Jornadas de Investigación "Transformaciones y futuro de la inclusión digital en la era post Covid-19”, 12 de mayo del 2021. Fuente: PROSIC-UCR, 2021.
18 de Mayo, 2021
Autor: Lucía Castro Fernández y Valeria Castro Obando

Año tras año el Programa Sociedad de la Información y el Conocimiento (Prosic) propone las Jornadas de Investigación, esta vez tituladas: “Transformaciones y futuro de la inclusión digital en la era post Covid-19”. Este evento de tres días fue realizado del 10 al 12 de mayo del 2021, de forma virtual.

En el encuentro se contó con la participación de panelistas especializados de instituciones como la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la Universidad Adolfo Ibáñez (Chile) y la Organización de Estados Americanos (OEA), así como representantes de la academia, instituciones públicas -Ministerio de Educación Pública, Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones, Superintendencia de Telecomunicación- y organizaciones no gubernamentales (ONG) con una amplia experiencia de trabajo en la materia (Fundación Paniamor, DNI, Sulá Batsú).

Estas jornadas contaron con la participación especial de Sylvia Poll Ahrens, Directora de la División de la Sociedad Digital de la UIT quien, como conferencista inaugural, ofreció su visión sobre los retos y oportunidades de la inclusión digital en la era post Covid-19. En su intervención, Ahrens señaló que la crisis ocasionada por el Covid-19 no debe ser abordada y analizada únicamente desde lo sanitario, sino que también debe pensarse desde su dimensión social. Ello implica reconocer el origen estructural de las desigualdades sociales, particularmente aquellas vinculadas a la capacidad de ingreso y que necesariamente, limitan el acceso y la apropiación tecnológica de las poblaciones.

En su criterio, la brecha digital no sólo tiene que ver con la tenencia de tecnologías o el acceso a la infraestructura, sino que más allá de estos aspectos, se relaciona con la posibilidad de crear una verdadera apropiación digital de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Esto debe traducirse en políticas públicas que promuevan un acceso y uso equitativo de las TIC que se acople a las necesidades y particularidades de cada población, sobre todo de aquellas en situación de vulnerabilidad.

Con esta reflexión de fondo, la primera mesa del evento versó abordó el impacto que el Covid-19 ha tenido sobre la inclusión digital. Las discusiones presentadas en este espacio se concentraron en los retos que ha enfrentado el sector educativo ante la virtualidad y la educación a distancia, siendo frecuentes los problemas relacionados con el acceso, la conectividad, la tenencia de equipo óptimo por parte de los y las docentes, así como del estudiantado.

Estas falencias revelan que las telecomunicaciones juegan un rol fundamental para mantener y apoyar la operación y continuidad de los servicios educativos, la producción de bienes y servicios distintos y por supuesto, las actividades de carácter informacional y lúdico. Asimismo, si bien durante la crisis se han realizado esfuerzos significativos por fortalecer la infraestructura de telecomunicaciones, persisten algunos desafíos relevantes para el sector, los cuales tienen relación con la disminución de ingresos y el incremento de gastos para muchas empresas e instituciones.

Estos aspectos estructurales se conjugan para generar condiciones que complejizan a la brecha digital y que demandan considerarla como un fenómeno complejo y multicausal que está atravesado por variables distintas (sexo, edad, empleo, idioma, la accesibilidad y la ubicación geográfica). Este fue el punto de arranque de las discusiones abordadas en la segunda mesa del evento, que se concentró en el análisis de los requerimientos y concepto de la brecha y la inclusión digital. Las y los expositores de la mesa coincidieron en la necesidad de construir políticas públicas de inclusión digital que además de considerar la multicausalidad de la brecha, incluyan esfuerzos que contemplen el despliegue de infraestructura, así como estrategias para la alfabetización digital.

En línea con estas áreas de acción, la tercera mesa de las jornadas planteó que algunos de los principales desafíos que posee el país en materia de institucionalidad y políticas públicas de inclusión digital tienen que ver con el desarrollo de infraestructura TIC y de telecomunicaciones en diversas partes del país -particularmente, en las zonas periféricas-, el mejoramiento en la calidad y el tipo de servicios -por ejemplo, en la conectividad- que se ofrecen a la población, la creación de  una oferta formativa -que tanto en el sistema educativo como fuera de este- que promueva el desarrollo de destrezas tecnológicas que doten a las personas de habilidades que mejoren su capacidad de empleabilidad futura y la articulación y la coordinación interinstitucional entre las diferentes instituciones encargadas de participar en este tipo de esfuerzos.

Además, se identificó que la alfabetización digital debe ser considerada como el último eslabón para el cierre de la brecha digital, lo cual, en el momento histórico de la Cuarta Revolución Industrial, se visualiza como un escenario de oportunidades competitivas, claves para la reactivación económica y sostenida en el tiempo.

Durante el último día del evento las discusiones de la cuarta mesa se orientaron hacia el análisis de las TIC y su rol en el desarrollo local, las metodologías para disponer de espacios inclusivos para el desarrollo tecnológico, las tecnologías digitales colonizadoras y no colonizadoras y el desarrollo de habilidades para la criticidad, la protección e información en el uso de las TIC. Esto permitió reflexionar desde lugares poco comunes, con perspectivas contemporáneas que parten de un enfoque social y de derechos e inclusión de poblaciones vulnerabilizadas.

Complementariamente, las conferencias de la mesa cinco abordaron el tema sobre como crear espacios de alfabetización digital mediados por procesos pedagógicos cada vez más humanos, sensibles, horizontales, empáticos y pertinentes a las necesidades de los distintos sectores sociales, los cuales den como resultado el fortalecimiento de la ciudadanía digital.

El evento cerró con la participación del Ph.D.  Luis Enrrique Santana, quién abordó inicialmente la vinculación que ha existido entre el concepto de ciudadanía y la democracia, la ciudadanía en su relación con lo público y la democracia como una forma de gobernanza creada por las sociedades para el involucramiento y participación de esa ciudadanía, pensándola en su fundamento con la igualdad de derechos y de participación en la toma de decisiones.

A partir de lo anterior, reflexionó el impacto de las tecnologías digitales en esta estructura ciudadana y el funcionamiento de la sociedad en general y cómo la tecnología digital llega a transformar nuestra forma de significar y percibir los distintos procesos sociales, las instituciones, dinámica que se acentuó con la pandemia por COVID-19 y las estrategias tomadas a partir de ella. En este contexto, la forma de ejercer la ciudadanía se ha visto transformada al encontrar nuevas formas de comunicación y desde otros espacios, se ha apropiado de las TIC para exigir más y mejores servicios, con un tiempo de respuesta más adecuado. Lo anterior cuestiona cómo se va a adaptar y a responder la institucionalidad al nuevo funcionamiento digital y al ritmo que se está demandando actualmente.

Ante los retos que la nueva realidad nos presenta, se plantearon algunos principios que requieren ser priorizados e incorporados para el desarrollo y evolución de las nuevas tecnologías: el principio de trasparencia, la accountability (reconocer el espacio donde se dan las transformaciones) y el principio de coordinación entre sociedad civil y sector privado. Aunado a ello, se propone la construcción de una resiliencia digital priorizando los valores de una democracia que responda a los DDHH, la visibilización y compromiso con poblaciones vulnerables, y la mejora en la utilización de tecnologías digitales por parte de las instituciones en pro de un funcionamiento más democrático.